sábado, 28 de marzo de 2020

Año 2020.  CORONAVIRUS
Encerrados en casa 
sólo queda el recurso a lo sobrenatural


La epidemia del Coronavirus que se abate sobre toda la humildad tiene muy pocos precedentes. En otras épocas el mundo  ha estado sometido a enfermedades terribles que han diezmado su población en millones de personas. Lo que es nuevo es que ahora se abata de forma vertiginosa sobre un mundo que se creía anclado en la seguridad de la ciencia y de la técnica. 
Un microscópico virus ha puesto en jaque a toda una civilización que no encuentra asidero tras décadas de intentar apartar a Dios de la vida ordinaria de la gente.




Es dramática a la vez que esperanzadora la súplica del Papa Francisco  - en una Plaza de San Pedro insólitamente desierta- a ese Dios Padre  que en Jesucristo abraza al hombre y poniéndose a su lado le llena de amor y de misericordia